Quantcast
Channel: Zionism – Counter-Currents
Viewing all articles
Browse latest Browse all 169

Nueva Derecha vs. Vieja Derecha Capítulo 11: Nacionalismo Blanco y Nacionalismo Judío

$
0
0

2.944 palabras

English original here, see also EstonianFrenchGermanPolishRussianSlovak

Capítulo 1 aquí, Capítulo 10 aquí

El discurso de Guillaume Faye en la conferencia de American Renaissance de 2006 fue todo un evento. La mayoría de la gente ha oído hablar del infame incidente con Michael Hart.[1] Pero en mi mente, algo mucho más significativo ocurrió durante el discurso de Faye, algo que después me pareció revelador.

En opinión de Faye, el “Sur Global”, organizado bajo la bandera del islam, es el enemigo mortal de Europa. Estados Unidos, que favorece la islamización del continente europeo, no es el principal enemigo del mismo, sino simplemente un adversario. Sin embargo, Faye no clasifica a la comunidad Judía como enemigo o adversario del continente europeo de ninguna manera. Por el contrario, Faye ve a los Judíos como un aliado potencial contra la islamización.

Entonces, en cierto momento de su discurso, mientras Faye enumeraba las posibles consecuencias negativas de la marcha desenfrenada del islam, dijo: “El Estado de Israel puede dejar de existir”. Pero, para su evidente sorpresa, esta afirmación fue recibida con un aplauso entusiasta.

Ahora bien, para ser justos, admito que yo también me uní a los aplausos, en un espíritu de pura picardía. Pero luego lo pensé mejor. Después de todo, como señaló un amigo: “Si los Judíos pierden Israel, ¿adónde creen esas personas que aplaudían que iban a ir los Judíos? Vendrán todos aquí o al continente europeo. ¿De verdad quieren eso?” Yo lo sabía, por supuesto, y estoy seguro de que muchos de los otros que aplaudían también.

Pero algunas personas odian a los Judíos más de lo que aman a su propio pueblo. Ellos odian a los Judíos tanto que quieren que salgan perjudicados, aunque también nos perjudique a nosotros, aunque nos perjudique más. Podemos llamarlo la versión Blanca de la “Opción de Sansón”. Pero, para pensar racionalmente sobre el problema Judío, primero tenemos que identificar y aislar esta faceta de rencor suicida, que obviamente entra en conflicto con el cálculo frío sobre cómo alcanzar nuestros intereses raciales a largo plazo.

Me gustaría ofrecer algunas notas sobre el Nacionalismo Blanco y el nacionalismo Judío con el fin de aclarar mis pensamientos y proporcionar material para el debate.

1. Como etnonacionalistas, creemos en el principio de “Ein Volk, ein Reich”: “Un pueblo, un Estado” (al menos un Estado por pueblo, aunque puede haber más de uno). Esto quiere decir que apoyamos, al menos en principio, los nacionalismos de todas las etnias, la autodeterminación étnica de todos los pueblos. Concebimos una especie de liberalismo clásico para todos los países, en los cuales cada pueblo tiene un lugar propio, cuyos derechos legítimos no tienen por qué entrar en conflicto con los derechos legítimos de todos los demás países. Si esta visión se hiciera realidad, tendríamos un mundo de paz perpetua. Es una idea atractiva, aunque pueda haber impedimentos insuperables para su realización.

2. El sionismo es una especie de etnonacionalismo. Fue concebido durante el apogeo de los etnonacionalismos Europeos del siglo XIX como una solución a la llamada “Cuestión Judía”. La idea era abordar las causas subyacentes del anti-Judaísmo, creando un Estado soberano Judío y promoviendo una reagrupación Judía, la inversión de la diáspora.

3. Como etnonacionalista, no me opongo a Israel o al sionismo per se. Sí, me opongo a esta política exterior en relación con Israel y sus vecinos, que está dictada por los intereses israelíes y no por los intereses estadounidenses. Sí, me opongo a la ayuda exterior a Israel que no sirve a intereses estadounidenses. Pero seamos perfectamente claros: no son problemas con Israel per se. Éstos son problemas con la diáspora Judía de Estados Unidos.

No me opongo a la existencia de Israel. Me opongo a la diáspora Judía en Estados Unidos y otras sociedades Blancas. Me gustaría ver a los pueblos Blancos del mundo quebrar el poder de la diáspora Judía y enviar a los Judíos a Israel, donde tendrán que aprender a ser una nación normal.

4. Pero ¿qué pasa con los palestinos? Primero, permítaseme afirmar de forma inequívoca que simpatizo con los palestinos, porque yo también vivo bajo ocupación sionista. Segundo, debo afirmar también que admiro a los palestinos, porque, a diferencia de los estadounidenses y los europeos, ellos son plenamente conscientes de que son un pueblo bajo ocupación. Tercero, y más importante, los palestinos luchan contra sus opresores, y me gustaría que mi gente hiciera lo mismo.

5. Pero, en última instancia, los intereses Blancos y los intereses palestinos no coinciden. Los palestinos, como es natural, quieren recuperar su país. Quieren devolver los Judíos al lugar de donde llegaron. Como Nacionalista Blanco, quiero que todos los Judíos que hay aquí se marchen a Israel, y eso significa que quiero que Israel se quede dónde está.

¿Y qué pasa con la autodeterminación palestina? Yo apoyo un Estado palestino, justo al lado del Estado Judío, porque también quiero enviar de vuelta a casa a la diáspora palestina.

En pocas palabras, estoy a favor de una solución de dos Estados. No estoy a favor de la destrucción de Israel, porque quiero que los Judíos vivan allí, no entre mi gente. Estoy a favor de un Estado palestino, porque quiero que los palestinos vivan allí, no entre mi gente.

6. Por desgracia, cuando se trata de la cuestión palestina, la visión de muchos Nacionalistas Blancos se ve nublada por el hecho de que odian a los Judíos más de lo que aman a su propia gente, por lo que están dispuestos a golpear a los Judíos con cualquier palo a mano, incluyendo la apelación a principios que también son mortíferos para nuestro pueblo.

7. Por ejemplo, creo que es contraproducente oponerse al sionismo en base a premisas anticolonialistas, por la sencilla razón de que el anticolonialismo socava la legitimidad de la fundación de los Estados Unidos y básicamente de casi cualquier otro país Blanco si nos remontamos suficientemente atrás. Algunas almas atormentadas por la culpa han contemplado la posibilidad de resucitar a los neandertales, presumiblemente para poder disculparse con ellos por el genocidio supuestamente cometido por nuestros ancestros cromañones. Pero inquietarse por males pasados nos distrae de algo mucho más importante: evitar males futuros. Y el enfoque más pragmático es darles tanto a los palestinos como a los Judíos su propio Estado.

8. También es contraproducente para los Nacionalistas Blancos atacar a Israel con el argumento del multiculturalismo. Sí, algunas de las mismas personas que se quejan del doble rasero Judío al promover el multiculturalismo fuera y un Etnoestado en Israel ¡lamentan el multiculturalismo promovido por los Judíos aquí mientras demandan que los Judíos lo adopten en Israel! Por supuesto, el doble rasero Judío es normal, en tanto que efectivamente promueve los intereses de la comunidad Judía como diáspora y los intereses Judíos del Etnoestado de Israel.

Pero, para los Nacionalistas Blancos, ese doble rasero no sirve propósito racional alguno, debido a que no tenemos poder político en ningún lugar del mundo, y nuestra única esperanza de conseguir tal poder es primero construir un caso intelectualmente coherente para un Etnoestado Blanco, y luego construir un movimiento político y cultural que sea realmente capaz de tomar el poder y crearlo. Pero no se puede construir una base intelectual coherente apelando a principios contradictorios porque la única preocupación de uno sea desahogar su odio en internet.

9. El mismo argumento es aplicable a atacar al sionismo porque es una forma de nacionalismo. Dado que los Judíos han invertido tanto esfuerzo en demonizar a Hitler, muchos piensan que es terriblemente astuto comparar al sionismo con el nazismo y a los Judíos con Hitler. (La mayoría de los Nacionalistas Blancos no van tan lejos, por supuesto.) Como Nacionalista Blanco, sin embargo, mi disputa es con la promoción del multiculturalismo y la supresión de un nacionalismo saludable en los países Blancos por parte de la diáspora Judía. No me opongo al sionismo porque sea una forma de nacionalismo. Si los Judíos están de acuerdo con el nacionalismo (o con el Nacional Socialismo, para el caso), eso es algo que los honra.

You can buy Greg Johnson’s New Right vs. Old Right here

El mismo argumento es aplicable a la acusación de que el sionismo es una forma de racismo.

Creo sinceramente que mucho del apoyo a Israel entre los conservadores estadounidenses y europeos no es más que una forma sublimada de nacionalismo racial Blanco. Ése era mi caso cuando yo era conservador. Así que dejemos a los Judíos con su nacionalismo racial y tengamos nosotros el nuestro propio.

10. También es contraproducente atacar a Israel por motivos de derechos humanos, la ley internacional y por oposición a la violencia. Porque todo el mundo, excepto los pacifistas integrales, reconoce que hay circunstancias en las cuales la violencia, la revolución y la guerra están justificados. Los Judíos, además, han invertido muchísimo en promover la idea de que resistirse al genocidio puede justificar prácticamente cualquier medio necesario. Eso es conveniente, ya que queremos resistirnos a nuestro propio genocidio, y es poco probable que nuestros enemigos se rindan sin luchar. Cualquier medida que los Judíos justificaron contra los nazis en el pasado y contra los palestinos ahora puede ser justificada contra nuestros enemigos el día de mañana.

11. Como la gente lucha más encarnizadamente si se encuentra entre la espada y la pared, Maquiavelo sostenía que siempre es prudente dejar al enemigo un medio de escape, ya que aumenta la probabilidad de victoria y reduce sus costes. La diáspora Judía considera a Israel como un refugio, una póliza de seguros por si las cosas van mal. La existencia continuada de Israel puede, por lo tanto, hacer las cosas más fáciles para los Blancos al combatir el poder de la diáspora Judía en nuestros distintos países.

Parte de la intensidad psicológica Judía es su propensión a tratar cada asunto como si fuera una cuestión de vida o muerte, lo cual produce el absurdo espectáculo de los líderes del grupo étnico más poderoso del mundo comportándose con la histeria de ratas arrinconadas. La destrucción efectiva de Israel les daría algo por lo que realmente llorar. Aumentaría inmensamente la mentalidad de asedio Judía y agudizaría la resistencia Judía contra los intereses Blancos.

12. He argumentado que los Nacionalistas Blancos tienen interés en la existencia continuada del Estado de Israel. ¿Significa esto que nacionalistas europeos como Guillaume Faye, Nick Griffin, Geert Wilders y Anders Breivik están justificados en aliarse con los Judíos, ya sea en Israel o en la diáspora?

Absolutamente no, por una variedad de razones.

13. El fundamento de proponer tal alianza sería un supuesto interés común de los europeos autóctonos y la diáspora Judía en resistir al islam. Pero ¿existe siquiera esa causa común? Después de todo, el Estado de Israel, que la diáspora Judía considera su última línea de defensa, existe en un mar de musulmanes. Es más, hay millones de musulmanes dentro de las fronteras de Israel. Así pues, cabe preguntarse: ¿hacen realmente los musulmanes que los Judíos se sientan inseguros? O, si los Judíos temen a los musulmanes, ¿hay algo a lo que teman aún más?

Los Judíos en Israel parecen dispuestos a coexistir cerca de los musulmanes para evitar un mal mayor. ¿Qué mal mayor? El anti-Judaísmo europeo, por supuesto. El proyecto sionista fue concebido como un refugio frente al anti-Judaísmo europeo. El Estado de Israel se fundó después de la Segunda Guerra Mundial. El Holocausto se utiliza como justificación de la fundación de Israel y de todas sus subsecuentes guerras, anexiones y actos de opresión contra la población indígena. No cabe duda de que los Judíos temen y odian a los musulmanes. Pero temen y odian aún más a los Blancos europeos.

Dado el temor Judío al anti-Judaísmo europeo, se entiende que los Judíos se sentirían más seguros en el continente europeo si la población autóctona se diluyera con no-Europeos, incluidos los musulmanes. Esta hipótesis es, además, completamente coherente con las políticas apoyadas por las principales comunidades Judías, que se oponen al nacionalismo europeo al tiempo que apoyan el multiculturalismo y la inmigración musulmana en el continente europeo.

14. Pero ¿qué hay de los casos en que los Judíos han sido atacados y asesinados por musulmanes en el continente europeo? ¿No es esto una base para un interés común en resistir al islam? Pienso que no. Los Judíos aplican políticas en Israel que prácticamente garantizan represalias terroristas musulmanas. Sin embargo, los Judíos aplican estas políticas de todos modos, porque creen que valen la pena, incluso teniendo en cuenta las inevitables bajas Judías.

La misma lógica se aplica a las poblaciones Judías de la diáspora. Sí, apoyar la inmigración islámica hacia el continente europeo expone a los Judíos de la diáspora a la violencia musulmana. Pero la comunidad Judía considera esta violencia como un pequeño precio a pagar en comparación con el beneficio de la disolución y destrucción final de la población indígena europea.

15. Los Judíos se sienten más seguros cerca de los musulmanes que cerca de los europeos. Por tanto, los Judíos no creen que esté dentro de sus intereses el aliarse con nacionalistas europeos para resistir la inmigración musulmana en el continente europeo. Pero, incluso si fuera de su interés, eso podría no ser suficiente para alterar la política Judía. Después de todo, puede darse el caso de que los Judíos odien a los Blancos más de lo que se aman a sí mismos.

16.Puede que sea un error asignarle demasiada racionalidad a los Judíos. El poder Judío puede ser menos un producto de cálculo racional que una repetición irracional y compulsiva de un grupo de evolucionadas estrategias para lograr el dominio sobre otros grupos. Si estas estrategias se aplican compulsivamente y no racionalmente, es de esperar que los Judíos continúen aplicándolas incluso cuando se están volviendo contraproducentes. Y, efectivamente, éste ha sido el patrón Judío durante siglos. Los Judíos han ascendido continuamente a posiciones de riqueza, poder e influencia. Pero tienen tendencia a presionar demasiado a las poblaciones que los acogen, lo que provoca repentinos contragolpes y terribles reveses de la fortuna. No puedes conducir un coche sin frenos, y los Judíos no tienen frenos.

17. Incluso si los Judíos se volvieran contra los musulmanes del continente europeo, los musulmanes no son el único problema. Hay muchos otros grupos no-Blancos que se reproducen rápidamente y que podrían diluir y destruir a los Blancos europeos con la misma eficacia. Al usar a los “musulmanes” como sustituto políticamente correcto de los no-Blancos, los nacionalistas europeos se han metido en un aprieto retórico, del mismo modo que los conservadores estadounidenses al utilizar la inmigración “ilegal” como sustituto eufemístico de la inmigración no-Blanca. Los musulmanes, sin embargo, pueden convertirse en cristianos con un chorrito de agua bendita, y los ilegales pueden ser legalizados simplemente cambiando la ley.

18. Si los Judíos quisieran limitar la inmigración musulmana hacia el continente europeo, no necesitarían a los pequeños partidos nacionalistas europeos para lograrlo. Prácticamente de la noche a la mañana, podrían tener a los partidos conservadores oponiéndose a los musulmanes por motivos conservadores, a los partidos liberales oponiéndose a los musulmanes por motivos liberales, a los Verdes oponiéndose a ellos por motivos verdes, a los socialistas por motivos socialistas, etc. Eso es lo que significa la hegemonía intelectual y política.

19. Las alianzas políticas no se basan meramente en intereses comunes, reales o percibidos. Nadie busca alianza con partidos sin poder. Y los partidos nacionalistas europeos tienen poco o ningún poder. Incluso los partidos que han logrado representación parlamentaria han sido incapaces de lograr un cambio real. Los partidos nacionalistas europeos no tienen nada que ofrecer a los Judíos, que tienen riqueza y poder reales.

20. ¿Por qué, entonces, algunos Judíos tratan de unirse a grupos nacionalistas europeos, así como a grupos Nacionalistas Blancos en Estados Unidos? Diversos motivos son posibles, como la convicción sincera, la locura, el disimulo, el espionaje y el sabotaje. Por desgracia, no existe una forma infalible de determinar cuáles son los verdaderos motivos de una persona. Pero apuesto a que la mayoría de ellos no esconden nada bueno.

Puesto que estamos luchando nada menos que por la supervivencia biológica de nuestra raza, y puesto que la inmensa mayoría de los Judíos se opone a nosotros, hemos de pecar de precavidos y no tener ningún tipo de asociación con los Judíos. Cualquier Judío que nos desee el bien lo entenderá, ya que ellos saben cómo es su pueblo mucho mejor que nosotros.

Salvar nuestra raza es algo que tendremos que hacer nosotros mismos.

Notas

[1] Después del discurso de Faye, un miembro de la audiencia se levantó y preguntó a Faye, con rodeos, si la comunidad Judía organizada en Francia jugaba el mismo rol que en los Estados Unidos respecto a la apertura a la inmigración no-Blanca. Era una pregunta justa, una que también se me había ocurrido. Si hubiera tenido alguna objeción, sería el hecho de que aquél que preguntaba no era consciente de la larga fila de gente detrás de él y se tomó mucho tiempo para llegar al punto. Pero, antes de que Faye pudiera responder, un Judío (el escritor Michael Hart), furiosamente saltó y denunció a quien preguntaba, David Duke, como un “nazi de mierda” y una “desgracia para la conferencia”. Esta forma agresiva y maleducada ocurrió delante de los hijos de uno de los asistentes a la conferencia. “Seguramente”, pensé, “Jared Taylor necesita ser más selectivo sobre quién viene a sus conferencias. Este Hart debería tener la entrada prohibida.” Otros sintieron lo mismo. En efecto, un cierto grupo concluyó que el incidente había probado que era momento para que Jared Taylor reprimiese a los anti-Judíos, el tipo de gente que habían provocado a la pobrecita víctima Michael Hart hasta que no pudo más. Esta desvergonzada camarilla, dirigida por Lawrence Auster, llegó a catalogar todo el asunto como el “Incidente David Duke”, y muchos Nacionalistas Blancos que deberían haber sido más espabilados los siguieron.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 169

Trending Articles